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Quién soy cuando nadie me mira

Crónicas de Éire. capitulo I

Crónicas de Éire.  capitulo I

Un viaje siempre es una aventura que se inicia con una pregunta, ¿a dónde vamos?

La elección en este caso fue mía…Irlanda. Mi sueño.

El siguiente paso es la preparación, agencia de viajes, elegir días, elegir recorrido…y por fin tienes los billetes en la mano, el corazón palpita y empiezas a soñar.

Siete días antes de partir, la bomba, Iberia en huelga…ay ay ay…un sustillo de nada, todo queda en agua de borrajas. Te relajas, empiezas a preparar maletas, planchar ropa, baterías de repuesto para la cámara, una guía de viajes…los trabajadores de Iberia colapsan el aeropuerto el viernes…ay ay ay…pero mantienes el ánimo en alto porque tú te vas el domingo.

Las noticias no son del todo malas, hay retrasos pero los vuelos van saliendo, así que te plantas en el aeropuerto a las dos de la tarde de un domingo bochornoso para salir a las cuatro y veinte hacia Dublín.

Las colas son kilométricas, los cámaras de televisión sentados por los suelos sudan como todos nosotros, el aire acondicionado no funciona, tres horas en la cola, anuncian en los paneles que tu vuelo se ha retrasado de momento a las ocho, menos mal porque si no lo perdías, al fin llegas a facturar tu equipaje, te entregan las tarjetas de embarque y con ellas te devuelven el equipaje…”overbooking”…la palabra maldita!!  vaya a la cola del mostrador cuarenta y uno y allí le dirán si puede embarcar o no, calor, hambre, cansancio.

La cola es infinita, al fin abren otro mostrador y nos dividimos en dos colas, dos chicas para atender a casi cincuenta personas cansadas, con calor y que hablan diferentes idiomas, media hora para atender a cada uno, la gente se exalta, un hombre se acerca a una de las chicas y la increpa, llaman a la policía que entra al asalto por la cinta conductora de equipaje, la muchacha empieza a llorar y es presa de un ataque de nervios…

Pero por fin llego al mostrador, no tengo sitio en mi vuelo reservado, me veo de vuelta en casa…milagro!!  me consiguen dos billetes en otra compañía aérea para las diez de la noche, lo que sea con tal de salir de este maldito aeropuerto en el que llevo desde las dos.

Relajada al fin, llamo al servicio 24 horas de mi agencia para comunicarles el cambio de vuelo, para asegurarme de que alguien nos vaya a recoger.

Entramos en la terminal que nos toca y por fin vemos llegar la hora de embarcar…pero…un segundo de distracción y el sobre que llevaba en mi mano junto a las revistas ha desaparecido…tarjetas de embarque, billetes del tour, billetes de vuelta…y ya no puedo más, me dejo llevar por la frustración y el desespero y las cataratas del Niagara a mi lado son un riachuelo.

Otra llamada al servicio 24 horas…me juran que no habrá problema, que puedo embarcar porque mis billetes son electrónico y con el carné habrá bastante, y que el resto también se solucionará.  

Con  mucho retraso, a la una de la madrugada (las dos en España) al fin llego a Irlanda, evidentemente…nadie nos espera en el aeropuerto.

Tercera llamada al servicio 24 horas…piden disculpas, que guarde la factura del taxi y se me abonará…pero necesito saber a que hotel tengo que ir…no tienen ni idea…tiene anotados tres posibles….me da el nombre del primero y me dice que no me preocupe, que ella se pone en contacto por la mañana con la guía, para que me vayan a recoger a ese hotel si no es dónde se aloja el resto del grupo y que evidentemente ellos se hacen cargo del pago. Por casualidad ha acertado con el hotel…tienen nuestros nombres y tenemos habitación…las dos de la mañana (las tres en España). Dormir.

 

2 comentarios

Jean Bedel -

Menuda odisea. Yo me veo en una así y me entran los siete males, supongo que a tí tambien te entraron ... por lo menos llegaste.

lapsus -

Pues vaya principio !! el final, fue igual de emocionante?