
Ser ignorante y ser engañado son dos cosas distintas. Ser ignorante es ser un esclavo del mundo. Ser engañado es ser el esclavo de otro hombre. La cuestión siempre será: ¿por qué, cuando todos los hombres son ignorantes, y por lo tanto esclavos, esta segunda esclavitud nos escuece tanto?
3 comentarios
patricia rojas -
Jean Bedel -
Moonsa -